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Vagones abandonados al costado de la vía |
NO SE OLVIDEN DE MARIA IGNACIA - UN PUEBLO A LA ESPERA DEL TREN
El sol del mediodía amenazaba con derretir las cubiertas del
auto mientras avanzábamos por las calles de tierra y piedra de la entrada al
pueblo de María Ignacia, también conocido como Vela a 50 kilómetros desde el centro de Tandil. Eran la una de tarde y queríamos comer en algún
boliche del pueblo pero por el horario no encontramos nada abierto. Recorrimos en cinco minutos el centro cívico,
con sus calles asfaltadas y su aridez de sequía prolongada. Llegamos, por recomendación de una vecina, al
almacén de los Rodriguez, casi en la esquina, que estaba abierto porque los
sábados tienen abierto todo el día.
- ¿Andan paseando? –nos preguntó la joven dueña desde atrás
de la vieja heladera mostrador mientras nos envolvía una tarta y arqueaba las
cejas gruesas- Lástima que no vinieron mañana, es la fiesta del dulce de leche,
aunque va a haber poca gente, desde que no llega el tren no viene casi nadie.