|
Hacia una vida mejor |
CONECTADO - MICRO RELATO A UN PASO DE LA CONFESIÓN
Ellos
creen que no los escucho, ¡pobrecitos!, si supieran que a pesar de estar tirado
en esta cama sin movilidad, sin reacciones en mi rostro y sin poder
comunicarme, puedo por momentos oir sus conversaciones!, se cuidarían un poco
por lo menos para disimular. Él, que
falló en el intento de asesinarme, pretende que le crean su escenitas de dolor
junto a mi cama. Pero cuando todos se van, su mirada de odio taladra mis ojos
inertes.
Te siento, puedo palpar tu ira
hacia mí, me gustaría gritarle, pero no puedo, las palabras se estancan en mi
pecho y el dolor se hace más insoportable.
Si tan sólo esa bala hubiera aniquilado mi corazón en lugar de la mitad
de mi cerebro, ya no estaría aquí padeciendo su presencia.
Fue un accidente, coincidieron en eso,
policías, jueces, testigos. “Policía
retirado hiere gravemente a su hijo mientras limpiaba un arma”, dijeron los
titulares. No conocen nuestra historia.
No
soporto más este encierro, quiero que estas máquinas que me tienen cautivo a
este suplicio se apaguen y poder por fin alejarme de él. La ira me consume y cuando ella, mi madre,
indefensa y esperanzada decide rezar por un milagro, yo odio a todos como nunca
pensé que podía odiar.